lunes, 18 de febrero de 2013

RESEÑA:DEL"POEMARIO DE SENECTUD EL ALQUIMISTA"



En la exaltada virtud de un alquimista y la tentación de la belleza, hay que ir y volver en los versos de Vicente Enguídanos: en la sensible melancolía de ese camino, podemos recorrer aquellas primeras e históricas formas en nuestra vida de expresión poética, con una pura y aguerrida maniobra certera de la memoria feliz de su corazón. En su voz podemos ver: una verdad profunda, un frenesí que atraviesa por la búsqueda de plasmar una vida que se entrelaza entre él y el tú. El tu infinito y sabio, científico, agradecido, ilustre; el yo sometido a las ciertas formas del Ser. Ese yo eres tú y a través de ti puedo ser; puedo ser fuerte, puedo ser alegre, triste, enamorado, frenético en el planeta. Hombre de bondad y sentimiento humano en sus amores y bellezas, hombre de sentimiento divino en sus actos. Traduce del mundo extinto y necesario, en un duelo eterno de este tiempo.
En todo eso hay un amante de la vida en cada destello, en cada pupila, desesperado por lo cierto. Sencillo pedazo de romance a quien le falta la vida y el tiempo para entregarnos desde sus manos las pequeñas notas que desbordan los límites de un mago.
Dice: // La belleza de servir al Amor//,
// una explosión involuntaria//,
// su Señor el Amor//,
// ¡Gracias Señor! ¿ Gracias por la Vida! //.
// porque en el espacio tiempo Tú me engendraste//
El Amor es para él, ejemplo de algo sincero, con el valor de la sustancia para la siembra necesaria, para el deber y el saber. Así lo dice Vicente Enguídanos en sus versos de manera rotunda:
// Mi temor de Dios para adorarte//
// una fe para vivirte//.
No podemos evitar detenernos, en esta divina sorpresa que se descubre, en este libro cuando nos habla :
// ¡ Oh muerte, hermana muerte! //,
// A ti siempre te han pintado como esqueleto viviente//.
// ¡ Oh muerte que bien hiciste!//
// y tu guadaña guardaste//.
Nos entrega las señales del crepúsculo y el anochecer de la eternidad, finalmente susurrante y lapidario en un presente poderoso en confusiones, se sostiene el Alquimista sin derrota, sin temores y nos deja en un camino de esperanza y victoria.
Ana Partal
17-febrero-2013
Santiago-Chile

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