¿PARA QUÉ ME CREASTE, SEÑOR?
Me creaste, Señor, para que de tu Amor brotara:
Mi Humildad, para aceptarte.
Mi Alabanza, para bendecirte.
Mi Alegría, para gozarte.
Mi Bondad, para abrazarte.
Mi Mansedumbre, para poseerte.
Mi Amabilidad, para compartirte.
Mi Ciencia, para experimentarte.
Mi Sabiduría, para sentirte.
Mi Entendimiento, sin entenderte
Mi Profecía, para manifestarte.
Mi Lengua, para expansionarte.
Mi Sanación, para glorificarte.
Mi Palabra, para proclamarte.
Mi Servicio, para obedecerte.
Mi Temor de Dios, para Adorarte.
Mi Cruz, para seguirte.
Mi Sacrificio, para ofrecerte.
Mi Aceptación, para imitarte.
Mi Perdón, para comprenderte.
Mi Corazón, para quererte.
Mi Mente, para salmodiarte.
Mi Cuerpo, para así servirte.
Mis Ojos, para poder verte.
Mis Oídos, para escucharte.
Mi Lengua, para transmitirte.
Mis Manos, para ayudarte.
Mis Pies, para extenderte.
Mi Alma, para fusionarte.
Mi Vida, para ofrecerte.
Mi tiempo, para conocerte.
Mi Oración, para pedirte
una FE para vivirte, ESPERANZA para confirmarte
y CARIDAD para amarte, con tu AMOR.
Gracias, Señor, por tenerme en tu Corazón, Misericordioso,
antes de todos los tiempos y al regresar pronto a Tu Casa,
y ver Tu Rostro, poderte decir, mi Señor,
Mi Padre, Mi Hermano.
¡Te Amo!
Vicente Enguídanos Garrido
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